Santa María Chiconautla, Ecatepec a 15 de noviembre de 2023.
Avance de mi Proyecto Final
(Libro bordado: Grimorio de una bruja bordadora)
Mi proyecto final ha cambiado totalmente, yo quería abrir un taller de bordado en el que las mujeres que vinieran a mi espacio pudieran sanar algún problema, alguna herida vieja o nueva, algún dolor y poder cicatrizarlo mediante hilo y aguja.
En la clase de Procesos Creativos, Fer me hizo ver que primero tengo que enfocarme en mí, en contenerme y entonces el proyecto se centró en documentar mi proceso de sanación.
Para entender el contexto de lo que voy a documentar contaré los antecedentes…Todo empezó muy rápido, Mila (mi perra que acababa de adoptar) enfermó y falleció de falla hepática y renal; a los pocos meses me casé con el hombre que pensaba sería el hombre de mi vida; mi madre durante mi boda soñada frente al mar empezó con síntomas extraños que nunca había visto en toda su enfermedad (cirrosis hepática) y a los pocos meses falleció en el cumpleaños número 14 de mi hija mayor; el siguiente mes después de su partida me encontré con la noticia que mi recién esposo y mi compañero intermitente de 12 años decidió emprender otras aventuras y otras historias sin mí.
Después, a los pocos meses una situación más terminó por romper lo poco que estaba resistiendo, a Dana -mi hija- le detectan escoliosis en grado avanzado y yo me sentía infinitamente culpable por no haberme dado cuenta antes, ¡Por no entender y por no fijarme! ya finalizando el terremoto, fue cuando mi abuelo falleció justo al año de que mi mamá se había ido.
Documentar todo este proceso pienso que me llevará una eternidad, no sé bien en qué etapa me encuentro, creo que ya no estoy en la etapa más sombría de tantos duelos, tratar de acomodar tantos dolores en su lugar ha sido muy complicado, si hace un año me hubieran dicho que yo iba a poder con todo esto, habría dicho que era totalmente imposible… en fin ¿Por dónde comienzo? ¿Cuándo se acaba? ¿Cómo se quita ese dolor permanente del pecho? Es un dolor completamente desesperante que a veces se va y a veces regresa, siempre trato de olvidarlo de diferentes maneras que trataré de documentar mediante el bordado tratando de expresar lo que sentía en ese momento; muchas de las cosas que estoy recordando ahora las había ignorado durante mucho tiempo creyendo que ya no se sentía igual, y quizá no, pero cuando a veces regresa con toda la fuerza es como una ola poderosa e implacable.
En mi pensamiento estaba el tratar de poner orden para explicar cada cosa como sucedió, pero siento que no estaría bien contado cómo sucedieron los hechos, así que lo contaré como recuerdo que lo iba sintiendo.
La muerte de nuestros perritos es duro, siempre es fuerte el sentimiento en el estómago de que ya los estamos viendo sufrir, verlos hacerse viejitos y empezar con dolencias; en mi caso con Mila solo puedo decir que me enamoré de ella desde el primer momento en que la vi, que cuando nos conocimos teníamos una conexión increíble, me enamoré de su amor efusivo, de su carita preciosa, de su miedo por no saber bajar escaleras, de su emoción al conocer conejos y robarles las manzanas, de robarme mi ropa y destrozarla y de sus parados de manos que terminaban conmigo en el suelo o en la pared.
Mila enfermó muy rápido, de ser algo del estómago pasó a estar internada todo el tiempo y solo nos regalamos 18 días juntas, cuando entregaron los resultados pues no había mucho que hacer más que organizar la forma en la que nos despediríamos; yo recuerdo días llorando esperando pues un milagro que nunca sucedió… Un día antes le dije que lo sentía mucho, que me sentía terrible y que me gustaría que nuestra historia hubiera sido diferente… le prometí que no tendría que batallar para encontrar un hogar nuevamente y un lugar para descansar, para estar segura, ya que estaría en el patio y que le haría un jardín lleno de flores para que ella estuviera contenta viendo a los conejos. Ese día nos despedimos entre risas y lágrimas con su camita y sus juguetes, con los amigos que hicimos y en su casa. Ahí fue cuando algo se comenzó a romper en mí, pero no quería demostrarlo.
La enfermedad de mi mamá me tomó por sorpresa ya que, si bien mis papás ya lo sabían y no me habían dicho nada, solo que era una simple anemia, cuando cayó en el hospital por primera vez fue algo hasta cierto punto traumático, por las situaciones horribles del hospital, la última vez que estuvimos ahí mi mamá me hizo prometerle que no la llevaría más, me dijo que había visto a mi abuela y que le dijo: ¡María regrésate porque eres una cabrona! Yo la verdad no entendía bien que ese era mi aviso de todo lo que estaba por suceder o no quería verlo o no sé qué pensaba, pero me di cuenta con el tiempo que entré en un modo automático para tratar de resolverlo todo, la enfermedad, los cuidados paliativos, los planes funerarios, la familia, los amigos, los extraños preguntones, todo era un gran caos y yo… pues con una sonrisa fingía tener todo bajo control.
Antes de todo esto yo simplemente pensaba que uno se iba de este plano y ya… días antes de que mi madre muriera ocurrían cosas que no sé cómo explicar y cuando falleció empecé a soñarla siempre con agua, en cada sueño donde la veía enferma y luego joven y seria, luego enojada, o riendo a carcajadas, en el mar, bajo la lluvia, en una fuente o una alberca, con una botella, pero siempre presente el agua… quizá quiere que fluya… quizá está preocupada… quizá me está cuidando… Mi relación con mi madre siempre fue complicada, en su sobre protección siento que me afectó en ciertas cosas, me mutiló en otras o no sé, pero obvio no todo fue malo, hubo cosas increíblemente buenas y a veces extraño mucho esos tiempos, la extraño mucho.
Es difícil retratar el duelo de las personas con las que crecimos, aunque la mayoría de las personas me dicen que todo es normal porque así es la ley de la vida, la realidad es que son las relaciones más largas que tenemos, es difícil asimilar la ausencia, ya que de repente entrar a su casa, con sus cosas o simplemente decir voy a ir a… y de inmediato una sacudida te recuerda que ya no está y eso es muy fuerte, como que la mente olvida por un momento que ya no está y quiere seguir con la rutina normal de ir a desayunar con ella o de hablar con el abuelo y reír para olvidar lo doloroso que es la enfermedad.
Mi abuelo falleció el 11 de mayo de 2022, tenía Alzheimer y a veces cubrimos el dolor de saber que ya no nos recordaba con risas cuando nos confundía con algún pariente de la juventud, o cuando su maleta era un trapo rojo que se ponía en el brazo, cuando lo saludabas y ya se iba porque ya no quería hablar contigo y decía que ya se iba a Tampico. Cuando falleció me di cuenta que también reí mucho para disfrazar todo lo que pasaba en mí y lo que sentía con la partida de ese hombre tan simpático, amable y gruñón a la vez.
Fui a cerrar la casa de los abuelos con mis primas y tíos y es algo verdaderamente brutal, descubrimos cosas antiguas que ahora viven en mi casa, como una maleta, una cámara, un radio antiguo y una máquina de coser, todo como de los 50’s… y todos ellos se han vuelto un tesoro para mí, descubrimos que nos engañó diciendo que siempre fue bueno en la escuela y no fue verdad, siempre sacaba 6 ¡nos sentimos timados! Encontramos miles de servilletas porque siempre las guardaba para no desperdiciar y brindamos por el abuelo con un vino muy muy viejo que casi nos deja ciegas de lo feo que sabía. Regresé hace unos meses para recoger los fantasmas de bordado y lloré bastante todavía porque reaparece esa sensación de que en algún momento ese señor se asomará por la ventana y te dirá algo ingenioso o simplemente te mandará por cigarros.
Mi relación con la muerte se ha vuelto muy cercana cuando lo analizo detenidamente, estos tres seres me escogieron para acompañarlos a trascender y ha sido algo brutal ya que ha cambiado por completo mi pensamiento, mis creencias y mi fe. Hoy estoy agradecida por el privilegio de vivir esas situaciones, quizá en el momento no entendí que mi lección es tomarme el tiempo suficiente para decir adiós, y que al igual que con lo demás que murió, me resistía a hacerlo porque no quería enfrentarme ante esos sentimientos tan desoladores que te dejan la enfermedad y la soledad, que son complejos y oscuros, pero a la vez dan espacio para que lo nuevo surja y llegue, como el ciclo de la vida-muerte-vida.
En mi proyecto pretendo hacer un libro bordado que plasme todos los periodos del duelo y sanación por los que he atravesado hasta la fecha, incluyendo desde los momentos más obscuros que no sé bien a bien cómo documentar, ya que tocar esa parte me cuesta mucho trabajo y no sé bien cómo describirla o incluirla en una tela, pero quiero documentar todo lo que ha sucedido hasta el día de hoy, los aciertos, los retrocesos, los círculos cerrados, las cosas que he tenido que aceptar cuando no quería hacerlo.
En mi libro bordado planeo incluir elementos orgánicos e inorgánicos dependiendo de lo que quiera retratar o simplemente bordar, me gusta ocupar mucha acuarela así que seguramente voy a ocuparla en algunos casos, además pienso ayudarme de canciones, de momentos claves, de objetos específicos que en algún momento me marcaron para ayudarme a sanar.
Derivado de todo lo anterior quiero que mi libro sea un compendio de cosas y de momentos específicos que me ayudaron a estar en paz con lo que iba asimilando de los duelos que estaban abiertos, otros tantos que iban surgiendo y los que se estaban cerrando. Quiero documentar, todo lo que está dentro de mí, poder darle forma y sacarlo de mi cabeza y exportarlo a una tela, un libro que si bien contendrá mis lágrimas, también dará cuenta de mis creencias, de mis remedios para el corazón roto, de mis baños para animar el alma, de mis botellas con miel para agradecer o de las cruces de pericón para protegernos de lo malo, quiero dar cuenta de mi fe, de los lugares que visito cuando siento que la noche se pone obscura nuevamente, lo que me ha hecho continuar cuando siento que ya no puedo más; el cómo ha surgido en mí la conexión con las plantas y los animales con el hilo y la aguja, con el cielo y la tierra.
Quiero mostrar en mi libro que la muerte no debe ser vista como algo terrible, sino como como una gran maestra que viene a mostrarte cosas que no teníamos contempladas con lo cotidiano de la vida, que la muerte solo es el inicio de nuevas vidas, nuevos caminos, que me ha enseñado a admirar la belleza de la simplicidad, de los pequeños objetos, de una luna llena, de una flor creciendo, de la risa de los niños, de cantar y bailar en calzones.
Quiero que sea perceptible el hecho de que la vida y los duelos son cíclicos, así como la tierra para sembrar, el cómo repararla para que esté lista para ser sembrada y de ahí crezcan plantas que cumplan su ciclo, el cómo los polinizadores se benefician y esa tierra que se reparó y se preparó, que ahora ve su misión cumplida mucho más allá de su propio espacio, y entonces volvemos a empezar.
También me gustaría enfocarme en el hecho de que todos estos sucesos me conectaron con una parte que estaba dormida en mí por miedo y por vergüenza: el verme vulnerable. Eso me conectó también con mi maternidad que estaba, sino perdida, bastante desconectada por lo mundano. Hoy a pesar de lo sucedido siento que me conecto con ellas de un mejor modo, diferente al que tuve con mi madre, entiendo que también era una niña herida y que hizo lo que pudo con lo que tenía, al igual que yo, sin embargo, me estoy esforzando para que ellas puedan sentirse queridas, aceptadas, no juzgadas, que sean libres de ser lo que ellas quieran, que no se sientan presionadas, que sepan decir no y poner límites que yo nunca pude.
Tal vez mi libro sea una mezcla de todo, de duelos, de amores, de hijas, de lágrimas, de plantas, de canciones, de comienzos, de risas, de linajes, de copal y pirul, de pájaros y árboles, de sueños, de cabellos, de miel, de velas, de cervezas, de lunas, de mujeres medicina. Y que al final, al igual que yo, pueda servirle de espejo a alguien que esté atravesando alguna situación similar a la mía, a la de muchas mujeres.
El trabajo del proceso de muerte es una de las marías olvidadas que algunos seres vienen a manifestar en el amor a la transición y es donde tú potencial está pero antes habrás de lograr mirar a la muerte como el proceso de amor natural ante la evolución y conclusión de la experiencia para mitad, trascender y acompañar desde el alma en armonía.
Es impresionante la forma en que nos transportas con tus historias, con tus duelos, con tus amores, con tus cariños y con tus risas, entrelazarlo con el lenguaje de los bordados, es una delicia para quienes te estamos escuchando, gracias por esta bella pieza que seguirá bordándose...